Escribo, luego vivo

Escribo, luego vivo
VERGEL DE LA PALABRA

UNIVERSO MÁGICO DONDE LOS VOCABLOS ESTÁN HECHIZADOS




lunes, 29 de noviembre de 2010

Instantes

En ese diminuto resplandor de tiempo
quisiera mecerme eternamente,
en la fugacidad de tu mirada seductora,
en tus labios anhelantes sobre mi boca.
Son instantes
que quisiera capturar eternamente,
instantes fugaces
que trepan a mis sentidos
y se quedan en mi durante días.
Como el fuego de tus ojos
encendiendo mis deseos,
como la premura de tus dedos
recorriendo mis arenas,
como la lentitud de tu lengua
abriendo sendas,
como el agua que destilan nuestras pieles,
como el gemido de tu voz
apasionando mis células,
como el goce que nos atrapa
entre mi vientre y tu espalda,
como las palabras que confesamos
entre susurros de placer:

¡Te quiero!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Háblame

Tan importante es la caricia como la sílaba,
palabras que convocan al placer.

Versos de piel y voz
que conforman la seducción del alma.

Amor…dime esas frases que me provocan tanto
fantasías locas que alimentan mi sensualidad,
quimeras que estremecen mi piel
al contacto de tu ardiente boca.

Amor...¡háblame!


sábado, 20 de noviembre de 2010

Simbiosis


Hay veces que me siento
totalmente integrada en la naturaleza,
un elemento más del cosmos infinito.
Sí, ya sé...
Todo eso del dueño-centro-dios de la creación.
Pero yo me refiero a algo más primigenio,
a sentirme como
una nimia gota de rocío
una transparente libélula
la hoja mecida por el viento
un gramo de montaña
un centímetro de tronco
una florecilla silvestre
un leve soplo de brisa...

Sentirme naturaleza
palpitante, sencilla, cambiante y asombrosa.



miércoles, 17 de noviembre de 2010

Esperaré

Te esperaré desnuda de piel
cubierta de silencio.
Te esperaré
en el resplandor de mis sueños
en la cima de mi esperanza.
Te esperaré
donde comienza la confianza
donde termina el olvido.
Te esperaré
en el antes de mis recuerdos
en el después de nuestro encuentro.
Te esperaré
donde nosotros somos uno
donde nuestros besos gestan futuro.
Te esperaré
vagando en el infinito firmamento
navegando sobre las olas del tiempo.
Te esperaré
ahora, mañana, más tarde y siempre
en cada momento de mi vida
en todo lugar de mi cuerpo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Salvación


Lo más sencillo del mundo se esconde
tras una sonrisa agradecida.

Una mirada de aliento basta
para alegrar un corazón
destrozado por la tristeza.
Tan solo necesito
unas palabras amables
para sentir que
el sol brilla en mi horizonte.



La generosidad salva de la melancolía.






martes, 9 de noviembre de 2010


Hace siglos que te espero
¿Cómo has tardado tanto?

No seas exagerada,
si solo he ido a comprar tabaco.

Si, pero eso fue el mes pasado.


domingo, 7 de noviembre de 2010

Primavera en noviembre


Y decían los expertos meteorólogos
que iba a descender la temperatura
unos seis o siete grados.
No he comprobado cuántos teníamos hoy
pero el sol quemaba con glotonería
y se ha disfrutado de un maravilloso domingo
ciertamente primaveral
... en otoño.


jueves, 4 de noviembre de 2010

Siempre el mar

En lugar de ir al cementerio
aproveché el día para irme a la playa.
Si esperaba encontrar el tiempo nuboso
me llevé una sorpresa:
un maravilloso día de playa
la gente tomaba el sol,
los niños volaban cometas
y me fui a pasear por la orilla
para saborear el mar en mis piernas.
Una verdadera gozada,
un tributo a la playa,
diosa de sal, agua, sol y arena.


Hasta mi padre me acompañó,
le vislumbré a lo lejos,
cerca de la desembocadura,
entre las rocas donde pescaba.
Me miró y yo le abracé con mis lágrimas.
Si ya sé que en los cementerios
no queda nada de nada.


martes, 2 de noviembre de 2010

Sueño de difuntos


Suelo visitar el cementerio a menudo,
casi semanalmente,
a pesar de que sepa que poco o nada queda
en los tristes nichos de las personas que quise.
Pero, me gusta, me serena, me apacigua,
lamentarme y conversar ante los que me quisieron.
Pero no me gusta ir el día

oficialmente reconocido para ello,
por lo que tiene de acto social y bien visto.
Llevo viendo durante todo el año
tumbas polvorientas con lamentables rosas secas
que, de seguro, ayer estaban "convenientemente"
acicaladas y rebosantes

de carísimos y lujosos crisantemos,
para que la saludable avalancha

de buena gente que acude
a visitar a sus difuntos en el día tan señalado
se encuentre con la buena apariencia

de los pobres y olvidados muertos.