Estremecida en lo profundo
la intimidad extasiada,
serpentea mi espalda donde se funde
con las columnas tremolantes;
se atenúa tu pasaje enloquecedor
en los rescoldos de la remembranza.
Los dedos livianos del pasado
forman fuego entre mis pechos,
no se disipa lo anidado
entre los pliegues de la dermis noctívaga
miércoles, 30 de mayo de 2012
viernes, 18 de mayo de 2012
El periódico del día
Etiquetas:
Pandemónium
miércoles, 9 de mayo de 2012
Amor eterno
He sucumbido...
la seducción ha sido tan intensa
que no he podido sustraerme a la pasión.
He seguido tus pasos en la noche
anhelando tu cuerpo sobre el mío.
He contemplado tu hidalgo rostro
que concentra masculinidad en estado salvaje.
He escuchado tus palabras
impregnadas de susurro ronco y sensual.
He deseado poseerte entero y eternamente
y he reprimido mis ansias por amor.
Sin embargo,
amor,
amor mío,
querido amor mío,
no he podido controlarlo...
mi instinto me ha dominado
y ha sido superior a mi amor.
El clamor de tu sangre ha invadido mis sentidos
y he claudicado al deseo,
he saciado la sed que me encadena
a la vida sin vida.
Te hago mío
y tu sangre es un manjar embriagador
que se derrama entre mis dientes
y mi lengua saborea ávidamente.
Es el éxtasis.
la seducción ha sido tan intensa
que no he podido sustraerme a la pasión.
He seguido tus pasos en la noche
anhelando tu cuerpo sobre el mío.
He contemplado tu hidalgo rostro
que concentra masculinidad en estado salvaje.
He escuchado tus palabras
impregnadas de susurro ronco y sensual.
He deseado poseerte entero y eternamente
y he reprimido mis ansias por amor.
Sin embargo,
amor,
amor mío,
querido amor mío,
no he podido controlarlo...
mi instinto me ha dominado
y ha sido superior a mi amor.
El clamor de tu sangre ha invadido mis sentidos
y he claudicado al deseo,
he saciado la sed que me encadena
a la vida sin vida.
Te hago mío
y tu sangre es un manjar embriagador
que se derrama entre mis dientes
y mi lengua saborea ávidamente.
Es el éxtasis.
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