Escribo, luego vivo

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VERGEL DE LA PALABRA

UNIVERSO MÁGICO DONDE LOS VOCABLOS ESTÁN HECHIZADOS




viernes, 28 de agosto de 2015

Bajo el mismo techo

El mayor placer del verano
es reunir a la familia
bajo el mismo techo.
Recorro la casa 
en el silencio de la madrugada 
y escucho las respiraciones 
tranquilas de mis hijos, 
inmersos en la placidez del sueño.
Y regreso a su infancia…
y los recuerdos se me amontonan 
como granos de arena, 
saltan alegres como las olas, 
embisten mi corazón como una marejada.
Vuelvo a pedir a Dios, 
como siempre, 
como cada día,
que les guarde en salud y felicidad. 
Amén.





5 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

La felicidad de nuestros hijos es nuestra propia felicidad, ellos son el mejor regalo que nos da la vida.

Un abrazo.

Evy LO dijo...

Un abrazo teresa, me gusta tu blog!!

CHARO dijo...

Un escrito muy real, los hijos son lo más grande que tenemos junto a los nietos y es en verdad una gran satisfacción cuando vienen a visitarnos.Besicos

Joaquín Galán dijo...

Siempre buscamos la seguridad de los que amamos y nos produce alegría saber que están junto a nosotros.Precioso poema-oración.

Un abrazo

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

La familia es la felicidad de unas vacaciones, de un rato inesperado. Cuánto vale un coloquio, con la familia que no veíamos. Saltan como liebres los recuerdos gratos. Un abrazo. Carlos