Resulta estremecedor sucumbir a la
invasión,
esa irrupción impetuosa y dolorosa,
exenta de raciocinio, de la
inspiración;
esa intrusión de personajes imaginarios
en mi vida ordenada;
esa
algarada de sentimientos
desparramándose por las páginas;
la impertinencia de
los vocablos
saltándose el decreto de las líneas paralelas;
la injerencia de
los paisajes extorsionando
con su colorido las sombras del argumento…
Todo en la escritura me supone placer y
angustia,
un equilibrio de realidad y fantasía
sin el que no puedo vivir ni un
solo día.
3 comentarios:
Que acertados estos versos
a veces
las musas te dictan
y a veces te dan patadas en los guebos.
Abrazosmil.
La inspiración es así,puede producir grandes satisfacciones y otras produce estragos cuando se niega a aparecer.Me ha gustado mucho tu escrito.Besicos
De una forma u otra siempre la inspiración aporta una gran felicidad.
Un abrazo
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