Lo eres todo

Eres razón y ternura

sobre la marea de mi piel,

eres rayo de luna

sobre las dunas de mi cuerpo,

eres canción y color

en la armonía de mis silencios,

eres hambre devoradora

bajo mis sábanas blancas,

eres la sed saciada

de mis últimas palabras.
Lo eres todo

sin que acierte a comprenderlo,

sin lógica

sin explicación

sin método

sin causa…

pero con consecuencias.

Pasado perfecto

Todo parece más hermoso en el pasado.

La memoria es selectiva y suele dejar en el “basurero” las vivencias vergonzantes, inoportunas y perjudiciales mientras que tapiza de perfección y felicidad unos sucesos que, en su día, quizá no pasaron de ser “normalitos”.
La memoria es un aditivo voluptuoso de la rutina y contiene un aderezo mágico que salpimenta la línea plana de los acontecimientos pasados y los transforma en únicos y fascinantes.

La memoria se nos revela como un aliado poderoso de nuestra cotidianidad, capaz de transformar un pasado estéril en un campo saturado de fecundos recuerdos. Posee un innegable sentido sensual que acelera los latidos y estimula la bilirrubina, auxiliando a nuestra mente en la aquiescencia de lo hermoso que nos deparó el pasado.

Pasado por el que ha valido la pena vivir y subsistir.
Al fin y al cabo... ¿qué es la vida sino un recuerdo confuso y apresurado de un día tras otro?

Dotar de belleza nuestros recuerdos es una jugada magistral de nuestro instinto de supervivencia.

Hablar o llorar

Encajó su decisión con valentía,

demostrando que su partida

no la dejaba desolada.

Todo mentira.

Deseaba desandar sus pisadas

anudarse a su cuello

y decirle: ¡no te vayas!

El orgullo

disfrazado de dignidad

le paró los pasos.

Menos mal que el amor

camina desnudo

no se sabe de disfraces

y no se viste de soberbia.

Ella le llamó y él regresó a su lado.

Ambos lo deseaban.

Luciérnagas de deseo

En el crepúsculo de tus ojos
refulge la llama del deseo.
Tu excitada mirada recorre
mi cálida figura frente
a la puerta entreabierta.
La alegoría del silencio
que se comprende sin un vocablo.
Nada perturba la esencia
vaporosa, desnuda y apasionada
de las luciérnagas en tu mirada.

Sitibunda de letras

Me paso la vida sumergida entre palabras,

leo y escribo sin pausa ni medida,

río y lloro entre líneas,

me divierto con todos los finales

y me compadezco de todos los malvados.

Miro la vida que pasa fuera

de mi rincón recóndito.

Salgo a buscarla para vivirla

entre las sílabas bienhalladas

y las metáforas esperanzadas.

He atrapado el sol al alba

y la luna en el plenilunio,

la playa en el crepúsculo,

la aurora boreal,

la cima de mis sueños,

el bosque más hermoso

y el fuego de San Telmo.

¡Todo!

Todo cuanto ansío...

todo lo poseo.

Entre mis palabras

soy la más afortunada.