En memoria de mi padre -En el día de su Santo

EL PESCADOR

Volví a Guardamar
y sentí todo el vacío de su ausencia.
El mar ya no era el mismo
el aire estaba frío
y la mar sin la refulgencia argentada.

Volví a Guardamar
y mis ojos se me llenaron de lágrimas
pues ya no le verían nunca más

Volví a Guardamar
y las palabras repudiaron los labios
y se mantuvieron encerradas
entre los dientes apretados
para escaparse en sollozos de dolor.

Volví a Guardamar
y sentí que faltabas en la orilla:
Tú, un pescador risueño y buen compañero,
un pescador sincero, honesto y generoso
en la palabra y en la mirada;
un pescador que miraba de frente
a la vida y a la muerte.

Falta un pescador
que ya no lanzará su caña al mar,
que ya no vivirá la mar nocturna,
con su abrigo de viento salobre
y su aroma a sirenas seductoras.

Falta un pescador
que anhela el aliento de Casiopea
mientras la luna de plata
le acaricia en el tibio conticinio.

¡Pobre pescador!
las olas ya no lamerán sus tobillos
ni el viento despeinará sus cabellos…
nunca volverá a lanzar su caña al horizonte.
Seguro que Neptuno le ha dado cobijo
en su refugio marino
para mecerle entre sus olas
y regalarle una feliz eternidad.

Volví a Guardamar
y la orilla estaba vacía sin él
…y yo también.